martes, 14 de febrero de 2012

Perfección con calidez

La excusa era la despedida de un amigo Valenciá, que volvía a su tierra por trabajo después de pasar una temporada en Madrid. Por ello, había que buscar algún sitio para comer de los que yo denomino 'valor seguro' y este es sin duda Piñera

Previamente quedamos para tomarnos un aperitivo en otro 'peso pesado', la Taberna Viavelez, donde, aparte de su restaurante, (del que guardo en mi memoria la mejor merluza que me he comido hasta ahora) tiene una barra muy acogedora, donde nos tomamos una copita de vino(Navazos bota 30 y Bernabeleva Albillo-Macabeo) para hacer boca.

Recalamos en Piñera sobre las 2.30h, donde nos recibió Jorge Dávila, director de sala, y su equipo, acomodandonos para el espectáculo que ibamos a presenciar.

Propusimos que nos hiciera un menú degustación a medias raciones con 3 parámetros claros, a saber : pez San Pedro, Mero y Pato Azulón....muy mal se tenía que dar la cosa para no triunfar...el resto se lo dejamos a la elección de Jorge, excepto el vino, que ya lo teníamos preparado.

Y empezó el show: una crema de marisco y unas navajas con concha de pan tostado dieron paso a uno de los 'bombazos' de la comida..







...una exquisita cigala con leche de coco y papada ibérica, con la que disfrutamos de lo lindo y que fue maridada(junto con el resto de entrantes) con el vino más sorprendente de la comida, un Champagne Tarlant Cuvée La Vigne d'Antan 2000 Chardonnay de viñas prefiloxéricas. Maravillosa comida y maravilloso vino(nariz con notas de crianza y fruta muy muy refinadas y una boca cautivadora, elegantísima, con acidez, estructura y longitud final excelentes).

Después vinieron los pescados, S.Pedro y Mero por este orden, de los que no puedo decir más que estaban PERFECTOS en su punto y ejecución de plato. Texturas y sabores excelentes, pero si me tuviese que quedar con uno, este sería sin duda el Mero(yo cambiaría la pasta que lo acompaña).





Por supuesto el Tarlant 'se cayó' y tuvimos que pedir refuerzos, que llegaron en forma de Champagne Diebolt Vallois Fleur de Passion 2002 (también Blanc de Blancs), que tenía muy alto el listón de su paisano en la boca, pero que le superó con una nariz más compleja.

Y ya pasamos a los 'cañoneros', nada menos que un Sepionet con butifarra, muy bueno, de punto perfecto y muy sabroso; al que le siguió el tan ansiado Pato Azulón, que nos despiezó Jorge y con el que disfrutamos de lo lindo.


Evidentemente, el vino ya cambió con estos platos, fué un buen Barolo de Cavalotto Riserva Birco Boschis 2004 Vigna San Giuseppe, que resultó bastante menos duro de lo que esperábamos y que acompañó a la perfección.


Fin de fiesta con una cremosa Tortilla Alaska de postre, que fue acompañada por unos Portos(Dow's Vintage 2000 y Niepoort Colehita 1893, de este sólo una media copa) y buen café. 

Qué otra cosa deciros, pués que el servicio del equipo de sala(en el que echamos en falta a su sumiller Mario García) fué atento, diligente y eficaz, prueba de ello es que no nos movimos de allí hasta cerca de las tantas....estábamos tan agusto que ni nos dimos cuenta.

Por cierto, ratifico la definición de sus platos que hacen en su web: Alta Cocina de Mercado.

Restaurante Piñera
C/ Rosario Pino, 12, 28012 Madrid
914 25 14 25

Foto: 11870.com







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