viernes, 12 de octubre de 2012

Cabañeros, un trocito de ‘Africa’ en el corazón de La Mancha.


Todos los años, cuando llegan estas fechas, se suele dar la noticia de un fenómeno en el mundo animal al que siempre le he tenido ganas y que hasta la fecha no había presenciado. Hablo de la Berrea.

Lugares donde esto ocurre hay tantos como espacios de caza tenemos en nuestro país, pero uno dónde lo podemos ver con mayor tranquilidad y en todo su esplendor es el Parque Nacional de Cabañeros, en Ciudad Real, llamado el Serengeti español por ciertas similitudes paisajísticas con el famoso parque africano.
 
 


Y claro, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, y estando en tierra de vinos, ¿cómo no acercarme a ver alguna bodega interesante que estuviera ceca?. Ya estuve hace años en la bonita finca de la bodega Dehesa del Carrizal, (una de las pocas en España en la que sus vinos entran dentro de la denominación Vinos de Pago), por lo que decidí ir a su vecina Vallegarcía.

La jornada estaba definida. Visita a bodega por la mañana y por la tarde ruta 4x4 al Parque viendo fauna y flora. Lo que no contaba era con que en estos días estaba el I Festival del Ciervo, que se organizaba en Santa Quiteria, con ponencias, visitas al Parque, gastronomía, música… y claro, había que aprovecharlo.

Este fue el resultado…


Vallegarcía es una bodega mediana, con un diseño vanguardista obligado a pasar unas estrictas normas por estar en los aledaños del parque (impacto medioambiental). Se enclava en el término de Retuerta del Bullaque, en la finca particular de su propietario, el Sr Cortina. Allí,Teresa me explicó su terroir: suelos arcillosos con cantos y pizarra, ácidos (les aportan nutrientes), viñedo de menos de 15 años todo en sistema Smart Dyson, clima extremo, uvas foráneas(Viogner, Syrah, Cab. Sauvignon y Merlot)…  desde luego nada convencional, como sus vinos.
 

Caté varios vinos de la bodega junto a una pareja de daneses que vivían en España y estaban disfrutando de nuestro enoturismo...
 
 
 
 
...de ellos destacaré, por un lado, una excelente Viogner manchega de 2010, con una acidez natural muy currada y sin aporte de madera excesivo; mientras que por otro, su Hipperia de 2006 me pareció sedoso, muy afinado, elegante y en un momento óptimo para disfrutar de él. También su Syrah 2007 está muy logrado, pero con algo más de madera y taninos por redondear.
 
De allí me fui a una ponencia que daba en Sta Quiteria el conocido naturalista Luis Miguel Dominguez, a la que llegué tarde, pero no así al interesante debate que hicieron entre los asistentes y los distintos ponentes que allí se dieron cita durante la mañana. Dificil tarea la de ponerse de acuerdo políticos, científicos, empresarios de la zona y turistas…. Veremos como evoluciona todo..

Después, mini concurso gastronómico con el ciervo/venado como protagonista...
 
 
 
Se notó que era el primer festival, pero aún así estuvo bien. Debería repetirse.
 
Con los dientes largos del concurso, y pensando en que la jornada iba a alargarse hasta tarde, decidí llegarme a Horcajo de los Montes(salida de la ruta 4x4) y comerme una media? ración casera en una terracita, para completar la faena culinaria.

Paseito por el museo etnografico del pueblo (cargado de recuerdos) y espera hasta las 5,30h que es cuando salía la ruta para ver a los protagonistas del viaje.

 


 

En el otoño, cuando cambia la temperatura y comienzan las lluvias, al atardecer o con las primeras luces del día, se escuchan los berridos de los ciervos o venados machos  que se propaga a varios kilómetros de distancia. Con esta llamada marcan su territorio y atraen a las hembras, con el fin de aparearse con cuantas se dejen.
Después, estos chulazos, forman sus propios rebaños de machos(siguiendo al más fuerte), mientras que las hembras también forman el suyo(liderado por la más veterana) junto con las crías.
 
 
 

El espectáculo fue impresionante. En plena raña se los oía a decenas, alguno incluso enganchandose a alguna hembra…nos decía el guía ‘no veais el cachondeo que hay aquí por la noche’….menuda bacanal de hormonas, me imaginaba..;-) … y todo ello atardeciendo, con buitres sobrevolando el cielo y algún jabalí que nos encontramos que salía con sus jabatos de entre las jaras, brezos, cornicabras y demás flora que allí se dá al salir de la llanura, de vuelta a Horcajo de los Montes, que es de donde salió mi ruta.

En fin, espero que os haya gustado este post donde he juntado 2 de mis pasiones con las que disfruto de lo lindo, el mundo del vino y la naturaleza.

Hasta la próxima.
 
PD: Las fotos son todas de cosecha propia (como en el 90% de mis post). En el caso de los ciervos, para estar a cientos de metros, atardeciendo y sin trípode la cosa no salió del todo mal... :D
 
 
 
 

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