miércoles, 15 de agosto de 2012

Joyas del Cantábrico II.


Bueno qué, impacientes por saber  quien es el protagonista de este post???...;-)

Las coordenadas de situación estan en la maravillosa Donosti/San Sebastian, cerca de la playa de Ondarreta y el fabuloso peine de los vientos de Chillida, en la hermosísima y elegante capital guipuzcoana.

El motivo no era otro que la visita, en peregrinación, a Rekondo, el restaurante con la bodega más impresionante en cuanto a colecciones de añadas de vinos importantes nacionales e internacionales, siendo la mejor del mundo(me atrevería a decir) en cuanto a vinos de Rioja.

De este sitio mítico me habló hace tiempo uno de los ‘grandes sabios’(y mejor persona) del mundo del vino con que contamos en España, Luis Gutierrez, a quien profeso admiración desde la primera cata suya a la que asistí y al que leo siempre que puedo en mundo vino. Con esta recomendación comprendereis que era imposible el resistirse a conocerlo…


Pero claro, había que abrir boca con algún pintxo antes, tradición obliga!.

Esta vez no quería pasar a la famosa 'Parte Vieja', sino que quería ir al barrio de Gros, que también tiene lo suyo.

Dicho y Hecho...
Bueno, ya tocaba arrimarse al toro, por lo que pusimos rumbo al otro lado de la ciudad.


Subiendo al Monte Igueldo, de pronto, en una curva, nos sorprende el restaurante de Txomin Rekondo. Un caserón de piedra que bien puede pasar desapercibido...hasta que oyes lo que oyes, claro.


Mi impresión fue la de estar ante uno de esos restaurantes en los que la cocina(con todos mis respetos) pasa a un ‘segundo’ plano. Por favor, que no se me entienda mal, es tradicional, bien elaborada y en las faldas del Monte Igueldo. ¿Qué más se puede pedir?...

Digo que pasa a un segundo plano porque cuando traen 'las cartas', vemos que una, la del vino, es un 'libro' tremendo de los que se usaban para los asientos contables...




....y la otra, la de la comida, se reduce a 2 hojas. Que le vamos a hacer, la pasión es la pasión...

Al abrir esa carta de vinos, mi primera impresión es ‘no me puedo creer lo que estoy viendo’ y empezas a pasar hojas y hojas con vinos de los años 20, 30, 40, 50, etc. Muchos de ellos son Riojas y Burdeos, pero hay joyas de todo el mundo....esto independientemente de las referencias de cualquier sitio donde traten bien al vino, claro.

Sólo para asimilar lo que allí hay tenemos daría para 1 o 2 horas, pero hay que decidirse señores, que estamos allí para comer!....y así lo hicimos










Hasta aquí llegó el magnífico Philipponnat Cuvée 1552 del glorioso 2002, que nos maravilló con las almejas, el salpicón de bogavante....pero había que pedir algo más, no?...y habría que coger algo que no desentonase con esa bodega/carta ...ahí va una pista...




Así se veía en la terraza, que es donde comimos...Ok, está bien, ya continúo....


El mozalbete de 44 años de Ygay.

Pues sí, fue un Ygay de un buen año, mi año.
Ya lo abrí con el Txangurro y le iba bien, pero a los Txipirones en su tinta, le quedaban como un guante....y como de acidez iba perfecto y nos quedaba vino, nos liamos...


El foie fue lo único que no estuvo a la altura.. el Ygay podía con todo

Luego un café y pedí ver la bodega.... qué digo bodega, GLORIOSO SANTUARIO!!.
Por supuesto, me dijeron muy amables,...y entonces fue cuando vi la verdadera dimensión de la pasión por los vinos que hay aquí.














Joyita en la bodega de blancos y las rejas custodiando la colección de Ch. d'Yquem... pasamos a la zona noble....





Salón para grandes ocasiones, Riojas de añadas viejisimas, armario de 'Moutones' Rothschild....


Nichos repletos de botellas con añadas muy antiguas de Riscal y otras bodegas...y pasamos a el almacén....

 

Pasillos y pasillos repletos...los Ch Lafite tambien de varios años.....una locura, vamos!
 
No pasaba el tiempo para mí viendo todo eso... hasta que vinieron a buscarnos desde arriba, diciendo que 'si nos habíamos perdido?'....como para no perderse...

Salí de allí intentando, durante un buen rato, asimilar lo que acababa de ver y buscandole una lógica. Mi conclusión fue que no la hay, lo que hay es amor por el vino.

En fin, a ver si tengo otra excusa para volver pronto….

Salud amigos!

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