Un puente en la Toscana (parte IV y última)

Bueno, ya toca el último post toscano, (que tampoco será corto) y la despedida/hasta pronto de esta maravillosa zona italiana.

Con este tipo de post simplemente quiero reflejar lo que para mi significa el viajar a diferentes destinos(nacionales o internacionales) con el trasfondo cultural del mundo del vino como ‘gran excusa’ para conocer nuevos e interesantes lugares y seguir enriqueciendome.

En cualquier caso, habrá otros post sobre destinos y viajes (más o menos recientes) que me han dejado huella y que, por lo que veo con el número de visitas, tanto éxito están teniendo.

Va por Uds!.

DIA 4. MONTALCINO – BOLOGNA.

Después de la intensidad del día anteior, toca levantarse y proseguir(en principio) con el guión marcado. El problema es que como llegué de noche al hotel, no contaba con lo que me encontré cuando levanté la persiana…

Con este panorama desde la habitación me di cuenta que debía desayunar tranquilo en este hotel con bellas vistas y luego dedicarle un tiempo más a visitar(ahora de día) este precioso pueblo/atalaya. Dicho y hecho…

En su castillo, vacío por dentro, nos encontramos quizás la enoteca más completa del pueblo, en la que se pueden comprar y degustar por copas grandes vinos de añadas y bodegas importantes. 

Proseguimos viaje (no sin los remordimientos propios de no poder comprar vino por volar sin facturar), saliendo de Montalcino pero no sin echar una última ojeada desde lo lejos y al viñedo que me encuentro camino de la próxima parada, Pienza.

Y llego a Pienza, con la idea en la cabeza de ese pueblo que quiso transformar un Papa porque nació allí, alucinante. Pongo pié en tierra y paseo por sus calles,...muy bonito…

....pero entre las callejuelas veo a gente paseando al fondo, por lo que me adentro en una de ellas y....

'Fotocuadro' del valle d’Orcia

Después de estar absorto con las vistas un buen rato, tocaba ir a 8km a Monticchiello de Pienza.
Deslizándome por la balconada con vistas, 5km más adelante, giro a la izda y por un camino flanqueado por cipreses llego a Monticchello. Allí me encuentro un pequeño pueblo en pendiente, con el caserio de piedra, bastante 'reformadito' (igual que Pienza) pero 'bello'
...y con unas vistas como estas...

Pienza desde Monticchello

Decido salir del hechizo e ir pitando para la próxima parada, Montepulciano, el pueblo que da nombre a la tercera zona vitícola en importancia del viaje, con su Vino Nobile de Montepulciano como claro exponente….y ya a lo lejos promete…

La única foto que no es mía,....pero es tremenda.

A Montepulciano, nombre que viene del antigüo Monte Poliziano (antaño un volcán), se accede subiendo una buena pendiente hasta llegar a su preciosa Plaza Mayor. Un consejo, intentar aparcar en el parking más cerca del ‘crater’, el 3º, ya casi arriba.

La idea era comer allí y luego salir hacia Arezzo, pero la realidad cambió el guión.

Busco un Rte del que tenía referencias, Il Cantuccio, pero la cosa no sale muy bien. Me atiende una camarera que no me da bola y el rte.(clásico) está casi vacío. Para colmo oigo una buena bronca de la moza en la cocina. El caso es que me como un risotto bien hecho, con un surtido de quesos (buen Peccorino) y una copa de vino nobile pasable. Hoy no era el día de ese restaurate...carta de vinos de carísima RCP y 10% de servicio.

Reviso allí mapas y decido NO ir a Arezzo y salir hacia Bologna. Quiero llegar con tiempo y ver tranquilo la ciudad, ya que quedaban 220km y me estaba tomando este último día más relajado….los bellos paisajes y los kms acumulados en pocos días tuvieron la culpa..

Cojo autopista hasta Florencia(esta vez bastante buena). Bordeo la ciudad y tomo de vuelta el tortuoso tramo de dicha autopista, el del primer día.

Llego a Bologna, capital de la región de Emilia- Romagna. Aparco y tomo dirección al centro, pulsando la vida de una ciudad famosa por sus innumerables soportales. Entro por la zona universitaria (allí está la universidad más antigua de Europa), donde la gente joven es protagonista.

Continuo hacia el nucleo central de la ciudad, su Piazza Maggiore y alrededores…

Una vez relajado con buenos paseos, el plan era cenar pronto e ir a relajarme al hotel , que decidí cogerlo cercano al aeropuerto, ya que el vuelo salía por la mañana temprano. El tema es que con una cocina de las mejores de Italia, Bologna la grassa la llaman, y su tradición chacinera, debía elegir con cual me quedaba. La cosa estaba clara…

… ya tuve contundencia en la cena de ayer y Tamburini me convenció con su terracita de mesas altas en la calle y sus 5 hermosos escaparates repletos de chacinas, quesos y demás delicias gastronómicas.

La agradable cena consistió en unaTagliata de salumi y algo de queso (lo ponen con algo de vinagre de Módena y le queda perfecto) con una copa de Poliziano 07. Delicioso todo.

Vuelta al coche y a descansar en el hotel Amadeus, (de esos del tipo trabajo/congresos, con habitaciones enormes, garaje gratis y de buena RCP), mañana había que dejar el coche y coger avión a primera hora, poniendo rumbo a la realidad cotidiana.

Pués eso es todo amigos!!. Como podeis imaginaros, me lo pasé ‘como un enano’ y, como ya os he dicho con anterioridad, volveré para seguir profundizando más en estos bellos parajes y su cultura.

Salutti per tutti!